lunes, 24 de febrero de 2014

El "vieco" y la "mar"


Esta escena está inspirada en una entrevista a uno de mis escritores favoritos.


El reportero le extendió su micrófono. El escritor reflexionó antes de responder en español. Su boca empezó a producir un montón de erres gringas y conjugaciones equivocadas verbales. El reportero lo miraba atento a través de sus lentes gruesos y negros.

—     He experienciado un sensación de alegría cuando me han anunciado el premio. Soy muy contento de ser el primer cubano “sato” a ganar este premio — dijo el escritor.
El escritor no soltaba el puro que estaba fumando. Una bocanada de humo salió de su boca. El bisoño reportero pensaba largamente en la siguiente pregunta. El camarógrafo se sentía aburrido de tanto esperar. “¿Tanto demora este hijo’e puta en hacerle una simple pregunta? ¡Coño! ¡Ni que fuese una entrevista a Stalin!”, pensó.
—     Y dígame, señor Hemingway, usted que ha vivido y ha escrito una buena parte de sus obras en Cuba ¿Qué influencia ha tenido este país en su obra?

El escritor miraba hacia abajo. Las cámaras, los reporteros, la fama, nada de eso era lo suyo. Subió de nuevo la mirada, tratando de enfrentar a su interlocutor.
—     Creo que me ha influido en el sentido de tratar de comprender la mar. Nosotros que quiere llamar la mar, pero es el mismo. Pero cuando hay norte, se llama toda manera femenina. A veces. Pero la mar es la gran influencia en mi vida y de lo que ha tratado de hacer en la literatura. Y sobre todo la mar de la costa norte del Cuba donde hay gente tan noble y más noble que él, que yo ha tratado de describir en el Vieco y la Mar. El estado  Cojima y Cojima es una cosa seria.

El reportero puso una cara de no entender ni un carajo. Por suerte sólo faltaba una pregunta.

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